La ciencia y la investigación son fundamentales en el modelo de educación en Cuba, un país que piensa en la Ciencia.

Aunque el Día de la Ciencia Cubana transcurrió este domingo, constituye una tradición que sus acciones se extiendan meses después por su contribución al sistema de gestión de gobierno a partir de la ciencia y la innovación.

Una de ellas consiste en la apertura al público, a fines de este mes, del Pabellón de la Ciencia en el recinto ferial de EXPOCUBA, anunciaron especialistas del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente.    

Señalaron que para el 16 de febrero está previsto el acto de entrega de la Orden Carlos J. Finlay Barré 2021, máxima distinción del Gobierno cubano a nacionales y extranjeros por sus aportes al desarrollo de la ciencia en beneficio de la humanidad.

Su otorgamiento ocurre por Decreto Presidencial a solicitud del CITMA, en calidad de organismo rector de la actividad científica.

El 14 de agosto de 1881 presentó en la Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana, el camagüeyano Carlos Juan Finlay de Barres (1833-1915) su tesis sobre el mosquito Aedes Aegypti hembra como trasmisor de la fiebre amarilla y elaboró un plan antivector para erradicar la enfermedad.

Por la trascendencia de su descubrimiento, en 1975 la UNESCO lo incluyó entre los seis microbiólogos más destacados de la historia y en 1981 adjudicó por primera vez el Premio Internacional que lleva su nombre, en aras de reconocer avances en la Microbiología.