Es cierto que al título anterior le falta un “tal vez”, “quizás” y “a lo mejor” intercalado, pero he aprendido que los titulares pierden fuerza con tales adverbios, y además solo a partir de la certeza convertida en fe se conjuran ciertas adversidades que conspiran contra la terminación de una película y su llegada a las salas de cine.
Después de que la Asociación Cubana de la Prensa Cinematográfica (ACPC) comunicara las mejores películas cubanas estrenadas en Cuba en 2024, una distinción que acapararon Una noche con los Rolling Stones (Patricia Ramos); y Maisinicú, medio siglo después (Mitshell Lovaina) se impone especular sobre las películas nacionales que pudiéramos ver en 2025, a partir de la etapa de culminación en que se encuentren, o los premios recibidos.
Pensando en las películas cubanas terminadas, que pudieran llegar a las salas este año, porque están listas para su estreno, están las programadas por el Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano más reciente, como el largometraje de ficción Fenómenos naturales, de Marcos Díaz Sosa, que alcanzó el Premio Especial del Jurado de ópera prima; y la coproducción con Italia Los océanos son los verdaderos continentes, dirigida por el italiano Tommaso Santambrogio y que inspiró el premio al mejor cartel, otorgado al diseñador cubano Edel Rodríguez Mola.
En esa misma cuerda, también pudieran llegar a las salas el cortometraje Azul Pandora, de Alan González, que ganó el premio colateral del Círculo de periodistas de Cultura de la UPEC en el pasado evento. En la nómina de competencia de cortometrajes de ficción, junto con Azul Pandora, figuraba Matar a un Hombre, de Orlando Mora, que también se pronuncia, al igual que Azul Pandora, contra la intolerancia y la homofobia.
En cuanto al documental, el Festival incluyó en sus nóminas tres títulos que también pudieran adornar las carteleras cubanas del 2025: El bosque intermitente, con guion y dirección de Lázaro Lemus; La línea del ombligo, de Carla Valdés León, y La tierra de la ballena, de Armando Capó, quien por cierto está en una racha creativa indiscutiblemente fructífera puesto que también tiene terminado, y listo para su presentación, el largometraje de ficción El regresado, de fuertes matices autobiográficos. De la misma productora de La tierra de la ballena y El regresado, GatoRosa Films proviene también La levedad de ella, de Rosa María Rodríguez que debe llegar a las pantallas en 2025 o poco después.
El consagrado Arturo Sotto tendría que tener mucha suerte, y los recursos necesarios (y desde Cubacine lo estamos deseando) para que el año que viene logre terminar y exhibir Tengo una hija en Harvard, que ganó el el Premio Coral al Mejor Guion Inédito en el Festival. Debe recordarse que el guion sirvió de base para una muy elogiada versión escénica titulada Oficio de Isla, dirigida por Osvaldo Doimeadiós.
Pero el Festival tampoco es el único indicador del cine posible en 2025. A lo largo del año anterior se informó por diversos medios del rodaje y/o postproducción de varios largometrajes de ficción que atrajeron la atención de los cinéfilos antes de llegar al proceso de terminado: Gerardo Chijona culminó La fiesta con un elenco que incluye a Isabel Santos, Héctor Noas, Vladimir Cruz, Osvaldo Doimeadiós, Tahimí Alvariño, Carlos Gonzalvo y Thais Valdés, mientras que Marilyn Solaya trataba de encontrar vías para realizar la postproducción de Estrés, que compite con La fiesta en cuanto al elenco estelar: Mario Limonta, Verónica Lynn, Luis Alberto García, Héctor Noas, María Isabel Díaz, Renecito de la Cruz, Jorge Molina, Isabel Santos, Aramís Delgado y Patricio Wood, entre otros.
A La fiesta y Estrés, se suman otros dos filmes, casi listos también, dirigidos igualmente por cineastas experimentados: Arturo Santana está concluyendo todo el proceso que implicó la puesta en pantalla de Cinco historias de amor y un bolerón desesperado, una suerte de continuación conceptual de la anterior Habana Selfies en tanto explora temas como el amor, la música y la emigración a través de cinco historias interconectadas, mientras que Rudy Mora se ocupa de poner a punto Calle 232, que cuenta con la actuación estelar de Jorge Alí y fue concebida como una suerte de necesario homenaje a los cuidadores, donde se destaca el papel de los mismos y con un elenco destacado que incluye a Jorge Alí, Isabel Santos, Andrea Doimeadiós, y otros actores reconocidos.
Tampoco puede faltar en esta relación de anuncios promocionales, El camino, una película cuya narrativa se resuelve en siete cuentos, ambientados en diferentes épocas; fue coproducida por el ICAIC, Cubavisión y la productora independiente i4Films, con dirección de Omar Alí y libreto de su hija, Daniela Alí Pérez.
Hay muchos otros proyectos de los cuales hemos escuchado algunas noticias, y que también permiten cierta dosis de optimismo respecto al futuro inmediato del cine cubano, como la realización de Neurótica anónima, dirigida por Jorge Perugorría, también coguionista junto a Mirtha Ibarra, protagonista además del filme, y Roly Peña concluyó también la filmación de Nora, un thriller histórico escrito por Amilcar Salatti, que cuenta historia real de una mujer infiltrada en una red de espionaje defendiendo hasta el último minuto su deseo de cumplir la misión.
En este artículo nunca se pretendió mencionar todos los proyectos cubanos en vías de llegar a la pantalla, sino solamente de algunos particularmente atractivos, y que fueron conocidos por este redactor a través de las redes sociales, medios cubanos y extranjeros, y fuentes institucionales. Intentamos ofrecer un panorama cabal, pero la completitud es del todo imposible debido a la dispersión de los datos y a su carácter fragmentario. Continuaremos informando sobre todos y cada uno de estos títulos a medida que logremos mayor acceso.