La escuela cubana Solidaridad con Panamá se prepara para celebrar su 35 aniversario, un hito que simboliza el compromiso con la educación y el bienestar de los niños con discapacidades.
Inaugurada el 31 de diciembre de 1989 por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, la institución ha sido un refugio donde cada acción se convierte en un acto de ternura y amor a la par que se enseña y prepara para la vida.
Y ya son varias generaciones las que han recibido todo eso, y mucho más, en la Solidaridad con Panamá.
Desde sus inicios, la escuela ha estado dedicada a proporcionar un entorno inclusivo y acogedor, donde cada niño es valorado y respetado por su singularidad.
La educación allí rebasa la enseñanza tradicional; se trabaja a diario para cultivar la confianza, la autoestima y las habilidades necesarias para que cada estudiante pueda desarrollarse plenamente.
La directora de la escuela, Esther María La O Ochoa, conocida cariñosamente como Teté, ha dedicado casi tres décadas de su vida a esta noble causa.
“No concibo mi vida sin esta escuela”, confiesa con una sonrisa que refleja su profundo amor por “mis niños", como los llama. Su compromiso, que es también el del equipo que dirige, se extiende más allá de la enseñanza, busca sanar y formar a los estudiantes.
“El objetivo nuestro es que los niños, cuando terminen aquí, estén incluidos en la educación común. Por lo tanto, hay que enseñarles que hay actividades que no son de Panamá, para que sepan que al ir a las escuelas comunes a continuar sus estudios ya no hay Panamá, ya no es el paternalismo de nosotros. Formamos a las personas para enfrentarse a la vida que no es Panamá”, explica Teté.
“Mis niños son alegres y felices. El ser humano tiene dos madres: la naturaleza y las circunstancias. La naturaleza, por ejemplo, hizo a mis niños.
“Tengo a Lizandrita; le faltan los pies, pero camina, corre y salta. Cuando sea grande, va a ser la directora de Panamá. Y está Pelusa, que no tiene manos, pero escribe, canta y recita poesía para los niños de Palestina. Como otros muchos, nacieron en Cuba, con un Fidel que inauguró una educación especial en el año 62".
Solidaridad con Panamá ha evolucionado para adaptarse a las necesidades cambiantes de sus estudiantes y sus familias. Su enfoque integral incluye no solo la formación académica, sino también el apoyo emocional y psicológico, la promoción de la salud y el bienestar.
La infraestructura de la escuela incluye amplios espacios para aulas, una sala de computación, biblioteca, dormitorios, comedor y cocina, salones de estomatología y enfermería.
Este diseño está orientado a ofrecer un ambiente propicio para el aprendizaje y la sanación. Además, un gimnasio equipado para tratar diversas patologías subraya aún más el compromiso con el bienestar de los estudiantes, asegurando que cada niño reciba no solo educación, sino también el apoyo necesario para su desarrollo integral.
El compromiso con el bienestar y la formación holística de los estudiantes es un legado que Teté ha fomentado a lo largo de su gestión, creando un entorno donde cada niño puede prosperar tanto académica como emocionalmente.
Pronto, Teté dejará de ser la directora de la escuela, un puesto que ha ocupado con dedicación durante casi estos 35 años. Para ella, Solidaridad con Panamá ha sido un lugar de alegría, pero también de nostalgia, especialmente al recordar a los niños que han pasado por sus aulas y ya no están.
Sabe que las lágrimas eventualmente llegarán, pero también está llena de recuerdos felices. No se despide de Panamá, porque su conexión con el lugar y sus experiencias son para toda la vida.
“Me tengo que preparar, porque no quiero llorar, aunque sé que lo voy a hacer. No me despido de Panamá. Un niño me preguntaba: ‘Dire, qué cosa es Vilma', y yo le decía: ‘Vilma es la presidenta eterna de la Federación de Mujeres Cubanas'. ‘Eso va a ser usted también, la directora eterna de Panamá'”.
Este diálogo no solo refleja el profundo respeto y cariño que todos sienten por Teté, sino también la esencia de lo que significa esta escuela: un espacio donde las experiencias y los valores quedan sembrados para siempre en quienes por allí pasan.
La celebración por los 35 años de Solidaridad con Panamá no será solo un homenaje al pasado, sino también una reafirmación del compromiso de seguir trabajando por un futuro donde cada niño tenga la oportunidad de brillar.