Fidel y Che

Cada 14 de junio los cubanos rinden un emotivo homenaje en conmemoración de los natalicios de Antonio Maceo y de Ernesto “Che” Guevara, quienes fueron un digno ejemplo de valentía, coraje y compromiso revolucionario. Sus papeles fueron decisivos en cada momento que les tocó vivir, demostrando que fueron extraordinarios patriotas.

En múltiples ocasiones, el líder de la Revolución cubana Fidel Castro destacó los valores de ambos y consideraba como una coincidencia significativa el hecho de que ambos nacieran el mismo día.

“Ambos fueron invasores de Oriente a Occidente; ambos murieron en combate; ambos son hoy símbolos insuperables de valor e intransigencia revolucionaria; ambos están ahora junto a nosotros, y nosotros junto a ellos; ambos hicieron lo que todo un pueblo ha jurado estar dispuesto a hacer; ambos nacieron el mismo día: ayer 14 de junio. El azar no habría podido idear algo mejor”. (1)

Antonio Maceo, conocido como el “Titán de Bronce”, se destacó como uno de los patriotas más venerados de las gestas independentistas en Cuba. Su valentía en el campo de batalla y su liderazgo inspirador lo convirtieron en un símbolo de resistencia y lucha por la libertad. Maceo desempeñó un papel fundamental en la lucha contra el colonialismo español, dejando un legado imborrable en la Historia de Cuba. Sobre su figura Fidel afirmó:

“Maceo, hombre de origen muy humilde y además negro en una época en que los prejuicios raciales eran muy fuertes en nuestro país, por sus virtudes, por su ejemplar conducta, por sus méritos, por su valor, por su capacidad, en esas difíciles condiciones de su origen y en las circunstancias de nuestra sociedad en aquella época, comenzó a destacarse, comenzó a brillar. Pero uno de los méritos más extraordinarios de Maceo es que jamás se dejó arrastrar por el envanecimiento, ni por la ambición, ni por los prejuicios. Luchó contra todos los obstáculos imaginables, y se caracterizó siempre por ser un soldado absolutamente leal, disciplinado, respetuoso de las leyes, de los principios revolucionarios, de los mandos superiores y de las autoridades revolucionarias legítimamente constituidas”. (2)

Fidel con el machete de Antonio Maceo, acto en el 35 aniversario de la Revolución. Santiago de Cuba el 1 de Enero de 1994
Foto: Ismael Francisco/Cubadebate.

Maceo fue un ejemplo de disciplina, recordada es su carta respuesta a Vicente García en 1877 quién lo llama a unirse a la sedición de Santa Rita, donde declaró:

“Al mismo tiempo, indignación, desprecio me produce su invitación al desorden y desobediencia de mis superiores, rogándole se abstenga en lo sucesivo de proponerme asuntos tan degradantes, que sólo son propios de hombres que no comprenden los intereses patrios y personales. (...) siempre apoyaré al Gobierno legítimo y no estaré donde no pueda existir orden ni disciplina, porque vivir de esa manera sería llevar la vida del bandolerismo. Después de terrible juez del pueblo, vendrá la Historia, que juzgará imparcial y sinceramente de sus hechos pasados”. (3)

Un ejemplo claro de su valentía es el momento en que se opone rotundamente al Pacto del Zanjón, liderando la Protesta de Baraguá y reafirmando la determinación de seguir luchando y la negativa a aceptar una paz sin independencia. Sobre su papel en ese momento Fidel puntualizó:

“Simbolizada en ese instante en la persona de Antonio Maceo, que frente al hecho consumado del Zanjón aquel Pacto que más que un pacto fue realmente una rendición de las armas cubanas expresa en la histórica Protesta de Baraguá su propósito de continuar la lucha, expresa el espíritu más sólido y más intransigente de nuestro pueblo declarando que no acepta el Pacto del Zanjón. Y efectivamente, continúa la guerra.

(...) Pero cuando debilitadas las fuerzas cubanas por la discordia arreció el enemigo su ofensiva, entonces también empezaron a evidenciarse las vacilaciones de aquellos elementos que habían tenido menos firmeza revolucionaria. Y es en esos instantes en el instante de la Paz del Zanjón, que puso fin a aquella heroica guerra cuando emerge, con toda su fuerza y toda su extraordinaria talla, el personaje más representativo del pueblo, el personaje más representativo de Cuba en aquella guerra, venido de las filas más humildes del pueblo, que fue Antonio Maceo”. (4)

Fidel Castro pronuncia discurso durante el acto de clausura del IV Congreso del PCC efectuado en la Plaza “General Antonio Maceo” de la Ciudad Héroe de Santiago de Cuba, 14 de octubre de 1991. Foto: Estudios Revolución/ Sitio Fidel Soldado de las Ideas

Durante la inauguración de la Plaza de la Revolución Mayor General Antonio Maceo Grajales, el día 14 de octubre de 1991, Fidel expresó: “(...) nosotros pertenecemos, Antonio Maceo, a tu estirpe, a tu sangre, a tu coraje, a tus ideas.

¡Gracias Maceo porque nos diste esta oportunidad! Nosotros todos, pigmeos al lado tuyo; nosotros todos que crecimos escuchando y honrando tu nombre. ¡Gracias a ti, gracias a tu ejemplo, gracias al pueblo que tú y los que como tú forjaron!. (5)

El ejemplo del Titán de Bronce dejaba como legado también el valor de la unidad y la importancia de la soberanía sobre lo cual Fidel declaró:

“No se sabe lo que vale un pueblo unido, no se sabe lo que vale un pueblo combatiente, no se sabe lo que puede un pueblo luchador capaz de tocar conciencia por conciencia y casa por casa, como sabríamos defender la patria si en vez de ser una lucha de ideas, con las armas en las manos tuviéramos que defender su suelo sagrado para cumplir aquello que dijo Maceo, tan importante hoy, cuando todavía la patria no era siquiera independiente, cuando no había las cosas por defender que tenemos que defender hoy: la justicia, la dignidad, el honor, la igualdad, la hermandad; ya él entonces, sin haber vivido la experiencia de una Revolución como hemos vivido nosotros, dijo bien claramente: ¡Quien intente apoderarse de Cuba, solo recogerá el polvo de su suelo anegado en sangre, si no perece en la contienda!” (6)

Fidel destaca la firmeza y la resistencia de Maceo, así como resalta el compromiso y la valentía de el Che en su lucha revolucionaria en América Latina:

“Ochenta y tres años separaban el nacimiento del uno y del otro. El primero era ya un personaje legendario cuando el segundo vino al mundo. Si uno afirmó que quien intentara apropiarse de Cuba recogería el polvo de su suelo anegado en sangre si no perecía en la lucha, el otro anegó con su sangre el suelo de Bolivia tratando de impedir que el imperio se apoderara de América”. (7)

Primer encuentro de Fidel y Che desde la salida de las columnas invasoras de la Sierra Maestra y luego del triunfo revolucionario en Camagüey, 5 de enero de 1959. Foto: Sitio Fidel Soldado de las Ideas.

El espíritu internacionalista del Che es el que hace que él y Fidel se conozcan en México aquel histórico día de julio de 1955, en que Raúl Castro los presenta. Sobre ese momento Fidel manifestó:

“(...) Uno de los primeros que sale hacia México es Raúl. Estaban ya acusándolo hasta de poner bombas, y yo mismo le digo: Tienes que salir. Va para México y allí conoce al Che por intermedio de nuestros compañeros que ya estaban allí. Bueno, aún no era el Che, era Ernesto Guevara, pero como los argentinos les dicen a los demás ¡Che!, los cubanos empezaron entonces a llamarlo a él Che, y así se le fue conociendo.

Yo me retardo un poco porque yo era un muerto un poquito más pesado, pero llegó el momento también en que tuve que salir para México. Durante esas semanas después de nuestra salida de prisión, habíamos desarrollado una intensa campaña de divulgación de nuestras ideas y propósitos, habíamos estructurado nuestra propia organización revolucionaria el Movimiento 26 de Julio y habíamos demostrado la imposibilidad de proseguir la lucha por vías abiertas y legales, por lo que salimos hacia México con la intención de preparar desde fuera la siguiente etapa de esa lucha”. (8)

En testimonio del Guerrillero Heroico sobre aquél encuentro declaró: “Le expuse específicamente mi caso y limitaciones, un extranjero, ilegal en México, con toda una serie de cargos encima. Le dije que no debía, de manera alguna, pararse por mí la Revolución, y que podía dejarme, que yo comprendía la situación y trataría de ir a pelear desde donde me mandaran, y que el único esfuerzo debía hacerse para que me enviaran a un país cercano y no a la Argentina. También recuerdo la respuesta tajante de Fidel: Yo no te abandono”. (9)

Fidel y Che en prisión en México, 1956. Foto: Oficina de Asuntos Históricos/ Sitio Fidel Soldado de las Ideas

La incorporación del Che en el movimiento revolucionario resultó suma importancia y contribuyó significativamente al avance de la causa. Fidel Castro, al referirse a su destacado desempeño y valentía demostrada a lo largo del proceso para alcanzar la victoria de la Revolución, expresó:

“(...) lo vi realizar el primer disparo y sus primeras proezas. Médico e intelectual convertido en soldado temerario, siempre el primero cuantas veces hizo falta un voluntario para misiones difíciles, tuve el privilegio de conocerlo más de cerca”. (10)

“El Che fue un médico que se convirtió en soldado sin dejar de ser médico un solo minuto. Hubo muchos combates en los que estuvimos juntos. Yo reunía las tropas de los dos y hacíamos una operación, una emboscada”. (11)

En una de sus Reflexiones alegó: “Era un predestinado, pero él no lo sabía. Combate con nosotros y por nosotros”. (12)

El Che también tenía una gran admiración por Fidel y compartía el mismo optimismo en el triunfo que el líder de la Revolución, sobre lo cual apuntó: “Fidel me impresionó como un hombre extraordinario. Las cosas más imposibles eran las que encaraba y resolvía. Tenía una fe excepcional en que una vez que saliese hacia Cuba, iba a llegar. Que una vez llegado, iba a pelear. Y que peleando, iba a ganar. Compartí su optimismo. Había que hacer, que luchar, que concretar. Que dejar de llorar y pelear”. (13)

Esa admiración era recíproca, para Fidel Castro el Guerrillero Heroico era un hombre extraordinario y un revolucionario de cualidades excepcionales:

“El Che sabía tocar las fibras más sensibles de los revolucionarios.

(...) Che y su ejemplo extraordinario cobran fuerza cada vez mayor en el mundo. Sus ideas, su retrato, su nombre, son banderas de lucha contra las injusticias entre los oprimidos y los explotados y suscitan interés apasionado entre los estudiantes y los intelectuales de todo el mundo.

(...) Pocas veces en la historia, o tal vez nunca, una figura, un nombre, un ejemplo, se han universalizado con tal celeridad y apasionante fuerza. Es que el Che encarna en su forma más pura y desinteresada el espíritu internacionalista que caracteriza al mundo de hoy y cada vez al de mañana.

(...) Che fue hombre al que nunca le interesaron personalmente cargos, mandos ni honores, pero estaba firmemente convencido de que en la lucha revolucionara guerrillera”. (14)

Fidel acude a despedir al Che al aeropuerto, donde sostienen una amena conversación antes de la partida de este en un extenso recorrido por naciones africanas y asiáticas, 12 de junio de 1959. Foto: Raúl Corrales/ Sitio Fidel Soldado de las Ideas

Después del triunfo del primero de enero de 1959, el Che ocupó cargos importantes de gran trascendencia para la Revolución cubana: Jefe de Industrias del Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA); Presidente del Banco Nacional de Cuba, Ministro de Industrias entre otras funciones.

Ernesto Guevara fue el promotor en Cuba del trabajo voluntario, sobre lo cual reflexionó: “El trabajo voluntario es una escuela creadora de conciencia, es el esfuerzo realizado en la sociedad y para la sociedad como aporte individual y colectivo y va formando esa alta conciencia que nos permite acelerar el proceso de tránsito”. (15)

Para Fidel el Guerrillero Heroico fue un verdadero ejemplo de compromiso y liderazgo a través de su participación activa en el trabajo voluntario y su influencia positiva en la sociedad cubana. Su ejemplo logró conquistar la simpatía y la incorporación de millones de cubanos a la práctica del trabajo voluntario:

“El Che impulsó mucho el trabajo voluntario. Fue el creador, el promotor del trabajo voluntario en Cuba. Todos los domingos se iba a hacer trabajo voluntario, un día en la agricultura, otro día a probar una máquina, otro día a construir.

Mantenía estrechos contactos con los centros de trabajo, conversaba con los obreros, a veces iba a los muelles, a las minas, a veces iba a los cañaverales a cortar caña Tú lo veías: si se hacía una combinada y había que subir a la combinada, él montaba en la combinada de caña; si había que construir, él con una carretilla; si había que cargar sacos, él cargando sacos. Nos dejó la herencia de aquella práctica que, con su ejemplo, conquistó la simpatía v la adhesión a esa práctica en millones de nuestros compatriotas.

¡Un verdadero ejemplo! Todas esas son cosas admirables. En esas situaciones, me gustaban esas características del Che”. (16)

La última vez que fueran fotografiados juntos el Che y Fidel. Foto: Archivo de Cubadebate

En 1965 el Che fue al Congo para apoyar al movimiento revolucionario congoleño en su lucha contra el gobierno de Moise Tshombe y posteriormente en noviembre de 1966 llega a Bolivia dónde combatió en la lucha revolucionaria hasta que el 8 de octubre de 1967 es capturado en la Quebrada del Yuro en combate desigual y trasladado a la Higuera y de la manera más cobarde le quitaron la vida al día siguiente. En su carta de despedida expresó:

“Otras tierras del mundo reclaman el concurso de mis modestos esfuerzos. Yo puedo hacer lo que te está negado por tu responsabilidad al frente de Cuba y llegó la hora de separarnos.

Sépase que lo hago con una mezcla de alegría y de dolor, aquí dejo lo más puro de mis esperanzas de constructor y lo más querido entre mis seres queridos y dejo un pueblo que me admitió como un hijo; eso lacera una parte de mi espíritu. En los nuevos campos de batalla llevaré la fe que me inculcaste, el espíritu revolucionario de mi pueblo, la sensación de cumplir con el más sagrado de los deberes: luchar contra el imperialismo donde quiera que esté, esto reconforta y cura con creces cualquier desgarradura.(17)

Maceo y el Che no son hombres para recordar un día, por muy solemne que este día sea, ambos merecen nuestro constante recuerdo, porque en sus palabras y en sus actos perdura un legado de valentía, compromiso y lucha incansable por la libertad y la justicia que continúa inspirando generaciones presentes y futuras.

En Video, Fidel Castro recuerda a Maceo

En Video, Fidel Castro recuerda al Che

Notas:

1. Discurso de Fidel Castro en acto solemne de homenaje a los natalicios de Maceo y Che, en el Cacahual, Ciudad de La Habana, el 15 de junio del 2002

2. Discurso de Fidel Castro en el acto de conmemoración del centenario de la Protesta de Baraguá, 15 de marzo de 1978

3. Carta de Antonio Maceo en respuesta a Vicente García en 1877

4. Discurso de Fidel Castro en el resumen de la velada conmemorativa de los cien años de lucha, efectuada en la Demajagua, Monumento Nacional, Manzanillo, Oriente, el 10 de octubre de 1968.

5. Discurso de Fidel Castro durante la inauguración de la Plaza de la Revolución Mayor General Antonio Maceo Grajales, 14 de octubre de 1991

6. Discurso de Fidel Castro en la segunda reunión de trabajo con los candidatos a diputados a la Asamblea Nacional, delegados a la Asamblea Provincial del Poder Popular de Ciudad de la Habana y otros invitados, 20 de febrero de 1993

7. Idem (1)

8. Libro: Cien horas con Fidel de Ignacio Ramonet

9. Artículo: Una Revolución que comienza de Ernesto Che Guevara.

10. Idem (1)

11. Idem (8)

12. Reflexión de Fidel Castro: "El Che", 7 de octubre de 2007

13. Entrevista: Los que luchan y los que lloran realizada por Jorge Masetti al Che y a Fidel en la Sierra Maestra.

14. Una introducción necesaria, prólogo de Fidel Castro para el Diario del Che en Bolivia

15. Discurso de Ernesto Guevara en el acto de entrega de certificados de trabajo comunista, 15 de agosto de 1964

16. Idem (8)

18. Carta de despedida del Che a Fidel. Leída en el acto celebrado el 3 de octubre de 1965