La mirada de esta niña palestina, quien quedará marcada para siempre por el genocidio contra su país, habla y acusa más que cien documentos. Foto: OMS
El Secretario General de la ONU, António Guterres, en su mensaje con motivo de este Día, recuerda que precisamente hoy, 9 de diciembre, se cumple el aniversario 75 de aprobada la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio.
Dicha Convención tuvo su origen en los horrores inimaginables del Holocausto, y “es una promesa a las víctimas y supervivientes del genocidio de que estas atrocidades no volverán a repetirse”.
Sin embargo, Guterres afirma que “Trágicamente, en un mundo azotado por la división, la desconfianza y la violencia, el oscuro espectro del genocidio sigue entre nosotros”.
Basta echar un vistazo a los titulares del planeta para confirmar cuánto mal continúa ocasionando ese oscuro espectro, cuya existencia debería hacer bajar la cabeza de vergüenza a los habitantes de este mundo, y también promover un accionar definitivo.
Alrededores del Hospital Kamal Adwan en el norte de la Franja.
Con solo detenerse en lo que Israel ha causado y continúa causando a Palestina, en particular a la Franja de Gaza, es posible asomarse al infierno de uno de los peores genocidios perpetrados en la historia de la humanidad.
A tal punto es así, que la relatora especial de la ONU para los derechos humanos en el Territorio Palestino Ocupado, Francesca Albanese, aseguró ante la Asamblea General de Naciones Unidas, que “Como prometieron los dirigentes israelíes, se ha conseguido que Gaza deje de ser apta para la vida humana”.
Según datos de ayer domingo, El Ministerio de Salud de Gaza informó que tras los ataques del día anterior, el balance de muertos había aumentado a 44 mil 708, mientras que 106 mil 050 personas han resultado heridas desde el 7 de octubre de 2023, cuando iniciaron los ataques israelíes.
Del total de fallecidos, casi el 70% han sido eran niños y niñas, mujeres y personas de avanzada edad.
Pero esas estadísticas, aunque espantosas, siempre dirán poco de la masacre permanente que allí ocurre.
Fue en septiembre de 2015 cuando la ONU decidió convertir el 9 de diciembre en el Día Internacional para la Conmemoración y Dignificación de las Víctimas del Crimen de Genocidio y para la Prevención de ese Crimen, en recuerdo de la Convención firmada en 1948 sobre ese tema, según recordaba el mensaje de Guterres.
Las víctimas del genocidio nazi sumaron más de 6 millones de judíos.
El Artículo II de la Convención para la prevención y la sanción del delito de genocidio describe al genocidio como “un delito perpetrado con la intención de destruir, total o parcialmente, a un grupo nacional, étnico, racial o religioso”.
Hay genocidio cuando, además de lo arriba descrito, tienen lugar actos como la matanza o asesinato de los miembros del grupo, lesiones graves a la integridad física o mental de sus integrantes, sometimiento a condiciones que lleven al grupo a su destrucción física, y medidas para impedir en el grupo nuevos nacimientos, entre otras brutales acciones.
Aun cuando lo que ocurre en Gaza es de los crímenes más estremecedores, la historia recoge otros muchos genocidios que hablan de cuánto la violencia, la insensibilidad y lo inhumano se han abierto paso en este planeta.
No por gusto, el Secretario General de la ONU, convoca en su mensaje de hoy y en nombre de las víctimas y supervivientes del genocidio, a que “todos los Gobiernos deben ratificar y aplicar plenamente la Convención, exigiendo que rindan cuentas quienes cometan ese delito”.
Exhorta a reforzar las herramientas de prevención, entre ellas la educación y la lucha contra la información errónea y la desinformación, que pueden alimentar el discurso del odio y la intención y los actos genocidas; y también llama a respetar y cumplir las decisiones de la Corte Internacional de Justicia sobre la aplicación de la Convención.
“La mejor manera de honrar a las víctimas y supervivientes del genocidio es intensificar la acción para prevenir este crimen atroz”, concluye.