¿Sabías que el inicio temprano de la lactancia materna (en la primera hora de vida) protege al recién nacido de las infecciones y reduce la mortalidad neonatal? Además de este beneficio, -asegura la Organización Mundial de la Salud (OMS)-, que la lactancia exclusivamente materna durante los primeros seis meses de vida aporta muchas otras garantías, tanto al bebé como a la madre.
Entre los beneficios de este alimento destacan: la protección frente a las infecciones gastrointestinales, la disminución del riesgo de muerte por diarrea y otras infecciones. “Los niños y adolescentes que fueron amamantados tienen menos probabilidades de padecer sobrepeso u obesidad. Además, obtienen mejores resultados en las pruebas de inteligencia y tienen mayor asistencia a la escuela. La lactancia materna se asocia a mayores ingresos en la vida adulta”.
La lactancia materna también contribuye al bienestar de las madres porque reduce el riesgo de cáncer de ovarios y de mama, en tanto ayuda a espaciar los embarazos, ya que en la mujer, el acto de lactar tiene un efecto hormonal que a menudo induce la amenorrea. Se trata de un método anticonceptivo natural (aunque no exento de fallos) denominado Método de Amenorrea de la Lactancia.
Los especialistas de la OMS y la agencia de las Naciones Unidas para la infancia (UNICEF) indican además que “Si todos los niños de 0 a 23 meses estuvieran amamantados de forma óptima, cada año se salvarían más de 820 mil niños de menos de 5 años”, pues puede aportar más de la mitad de las necesidades energéticas del niño entre los 6 y los 12 meses, y un tercio entre los 12 y los 24 meses.
Sin embargo, solo el 40% de los lactantes menores de seis meses reciben este alimento de forma exclusiva. Las razones varían, pero mucho tiene que ver la falta de consejos y apoyo que necesitan las madres por parte de los especialistas. Es por ello que ambos organismos desarrollan diferentes actividades en favor de esta práctica, entre ellas, la celebración cada año, de la Semana Mundial de La Lactancia Materna, del 1 al 7 de agosto.
Destinada a fomentar la lactancia materna, o natural, y a mejorar la salud de los bebés de todo el mundo, la jornada honra la Declaración de Innocenti, que formularon altos cargos de la OMS y la UNICEF, en agosto de 1990, con el fin de proteger, promover y respaldar la lactancia materna.
Este año, para la Semana Mundial de la Lactancia Materna 2021, la Alianza Mundial para la Acción sobre Lactancia Materna (WABA, por su sigla en inglés) ha seleccionado el tema: "Proteger la lactancia materna: una responsabilidad compartida".
Durante la pandemia de COVID-19, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) sigue recomendando que se cumplan las pautas estándar de alimentación infantil: inicio de la lactancia materna dentro de una hora después del nacimiento; lactancia materna exclusiva hasta que los bebés tienen seis meses de edad, y continuación de la lactancia materna junto con alimentos complementarios nutricionalmente adecuados y seguros, hasta los dos años de edad o más allá.
“Los beneficios de la lactancia materna y la crianza de la interacción madre-bebé para prevenir la infección y promover la salud y el desarrollo son especialmente importantes cuando los servicios de salud y otros servicios comunitarios se ven interrumpidos o limitados.
Se debe apoyar a las madres y los bebés para que permanezcan juntos y practiquen el contacto piel con piel y/o el cuidado de canguro, independientemente de que ellos o sus bebés tengan o no una infección por el virus COVID-19 sospechosa, probable o confirmada. Se debe proporcionar asesoramiento sobre lactancia materna, apoyo psicosocial básico y apoyo práctico de alimentación a todas las mujeres embarazadas y madres con bebés y niños pequeños”, solicita la OPS.
- Con información de la OMS y el Minsap