Accidentes evitables

En los últimos meses se han dado a conocer exitosos empeños médicos que han salvado a niños cubanos cuyas vidas peligraban a causa de accidentes no relacionados con el tránsito.

Heridas por implementos punzantes, ingestión de objetos y de sustancias tóxicas, caídas desde alturas y otras situaciones igual de lamentables han tensado la pericia médica y movido al aplauso para esos galenos, cuyo buen ejercicio se ha dado a conocer por los medios de prensa.

 

Pero hubiera sido preferible que ninguno de esos acontecimientos tuviera lugar y, para evitarlos, aun cuando existen imponderables, el papel de las familias puede ser muy importante.

Representan un problema de salud mundial y constituyen la primera casusa de muerte en niños según la OMS, cuyos estimados indican que a cada hora en el mundo 100 niños a causa de lesiones, de las cuales el 90% son no intencionales. 

En Cuba, también los accidentes en el hogar y otros que tiene lugar fuera de casa –no asociados con el tránsito- resultan una importante causa de mortalidad y morbilidad.

No por gusto, el 31 de octubre del año pasado, durante la reunión de expertos de la salud en que fue presentada la actualización del Programa de Atención Materno Infantil, el Presidente cubano Miguel Díaz-Canel señalaba la necesidad de examinar de manera particular las causas y condiciones que devienen accidentes mortales en los hogares con consecuencias directas en los niños.

Los especialistas reiteran una y otra vez que dichos accidentes no son ni tan accidentales ni tan inevitables; pero, tristemente, los hechos evidencian que la prevención no es aun suficiente, aunque después los médicos hagan casi milagros y reciban públicas felicitaciones.