Hotel Meliá Trinidad Península

Juan Pereira es el director general del Hotel Meliá Trinidad Península, instalación de las últimas inauguradas por la cadena española en Cuba, un hombre que conoce de su profesión y que por más de una década permanece en la mayor de las Antillas y ofrece sus vastos conocimientos a quienes le rodean.

El directivo no cuenta los kilómetros que camina en el día, pero las seis hectáreas del hotel puede recorrerlas en incontables ocasiones, con paso ágil y sonrisa afable.

Estuvo desde el inicio de la inversión, lo cual le permitió conocer cada rincón, captar al personal que percibiera dónde iba a trabajar y qué estandarización llevaba cada área.

Amplios espacios en una arquitectura que revela la zona de playa en la que está ubicado, diseños contemporáneos que recrean la riqueza patrimonial de Trinidad, colores tenues y la cultura de una ciudad, se integran en perfecta armonía.

Puede convertirse en estos tiempos la instalación hotelera en un referente en la gestión turística, Juan y su equipo descubren cómo hacer…

Atributos y algo más

“Trinidad es un destino que pudiéramos decir es el más completo del país, porque tiene playa, naturaleza, historia, música, gastronomía, y ahora se une un hotel de estancia donde el cliente va a disfrutar un poco de todo en la zona de relax, y contamos con los recursos humanos, expresó Juan.

“Nosotros hemos encontrado aquí una fortaleza que es la plantilla de personal, el “Península” tiene muchos atributos a nivel tecnológico y de  infraestructura; pero una de las cosas más valoradas por los clientes es el trato del servicio que está dando el personal.  El trinitario, el espirituano también ¿No? Porque al final estamos en la provincia Sancti Spíritus, tiene algo especial que es la nobleza, las ganas de aprender, son personas muy alegres, y  muy hospitalarias y eso se lo transmiten a los visitantes.

“Están muy preparadas porque la mayoría estuvieron en la universidad de aquí y de Santa Clara, y realmente son muy capacitadas lo único que necesitaban era un poco de formación y nivel de servicio para un hotel cinco estrellas, pues es el primero del área.

“La mezcla de amabilidad, de conocimiento y toda esa información que se dio durante los períodos de la construcción hasta que se abrió el hotel fue importante y el visitante siente un trato personalizado, verdadero, que el trabajador actúa tal como es y eso es lo que más están valorando los clientes”.

Confesó el director general que Cuba es un país donde ha podido colaborar con el turismo y con la creación de empleos a través de su empresa. Disfruta su trabajo, ha crecido como ser humano y como profesional, considera que igualmente el cubano que labora en las instalaciones de la cadena crece profesionalmente y aprovecha el asesoramiento que se revierte en la calidad de los servicios.

La comunidad que se retroalimenta

Alrededor de 600 trabajadores exhibe la plantilla de la instalación, actualmente unos 430 garantizan la funcionalidad del hotel, de ellos más de 200 son fundadores, en un alojamiento de 401 habitaciones, entre las estándar y The Level, restaurantes, piscinas, bares,  400 metros de playa y 700 metros cuadrados dedicados a la celebración de eventos, modalidad que cada vez gana más adeptos en la nación caribeña.

La mayoría de los trabajadores provienen de Trinidad y Casilda, comunidades cercanas que presumen de los valores patrimoniales y naturales, con una historia digna de ser contada.

Tamara Valena Calzada, vive en Trinidad y cada día llega empeñada en realizar su trabajo de camarera, es fundadora del hotel y estuvo desde que se levantaron muros, muchas labores realizó en aquel período que recuerda con cariño, y hoy desde su experiencia refiere que la vida le cambió, se siente útil y agradece los conocimientos que además trasmite a los más jóvenes que llegan.

De un lado a otro en el lobby Joseph Barrizonte Rodríguez, como capitán de salón, es solícito ante las exigencias de los visitantes, con 26 años de edad y Licenciado en Turismo de la Universidad de Sancti Spíritus, explicó que también estudió en la escuela de Hotelería y Turismo (Formatur), sus expectativas en este mundo de la industria sin chimenea se basan en trabajar, cada vez superarse más y brindar el mejor de los servicios porque es la imagen de Cuba la que ofrecen a cada instante.

Dayana Ortiz Marín es de poco hablar, y coincide con sus compañeros de trabajo en la responsabilidad diaria, en el saber hacer cada una de las tareas encomendadas y en el crecimiento profesional.

Tecnología y energía renovable

“El hotel es pionero en determinadas cosas a nivel tecnológico, que lo convierten en sustentable, posee mil 700 placas fotovoltaicas que producen en horario pico el ochenta por ciento de la energía eléctrica que demanda la instalación prácticamente somos suficientes, además tiene una estación de baterías que recoge parte de esa energía para que vaya a estaciones de electricidad y tengamos margen a la hora de que haya un corte de red o comiencen a funcionar los generadores, argumentó Juan.

“En ese aspecto estamos colaborando con el ahorro energético.

“Otro punto importante es que  el riego de los jardines se hace a través de agua de lluvia que  recogemos en la azotea y colaboramos en el ahorro de agua. Y por otro lado tenemos 250 placas solares que producen el agua caliente, todo eso hace que el hotel sea autosuficiente y que el cliente note una operación estable en general”.

La azotea del Meliá Trinidad Península con sus paneles solares y placas fotovoltaicas constituye muestra de la gestión de la energía en función del ahorro, además cuentan con lavandería propia.

Canadienses, rusos, franceses, alemanes, españoles, principales mercados que crecen, encuentran un hotel limpio, amigable con el medio ambiente y sostenible.

El pedazo de Cuba que prefieren

Los tres ejes comunicativos fundamentales para posicionar el destino están avalados por destacar la cultura, el patrimonio y la naturaleza del entorno, todo lo que significa Trinidad, pues el hotel exhibe los valores de la llamada ciudad de los encuentros, la montaña, la playa y la hospitalidad de su gente.

Maite Artieda Barroso, directora de Comunicación y Marketing de la cadena Meliá en Cuba, bien sabe que para el viajero  llegar al hotel es como continuar el recorrido por las calles empedradas de la urbe donde confluyen artesanos, orfebres, tejedoras y la magia de quienes habitaron el Valle de los Ingenios, Patrimonio Cultural de la Humanidad.

“Aquí pueden encontrar elementos de la familia Santander, merecedores del Premio Especial de la Unesco a la Maestría Artesanal, o los abanicos de José Miguel Cadalso, ebanista que recrea esa prenda, como extensión de la Ciudad Creativa que es Trinidad”.

Insiste Maite en la gestión medioambiental, como elemento fundamental y que diferencia a este de otros establecimientos.

“Desde sus inicios se concibió muy respetuoso con el medio ambiente, siguiendo la línea estratégica de Meliá. Por ejemplo, este hotel entre sus facilidades cuenta con placas fotovoltaicas y solares que le permite ser autosuficiente para su operación diaria, también tener agua caliente constantemente, sin necesidad de estar conectado a la red eléctrica como tal,  esa es una de las grandes virtudes que lo hace ser más eficiente y procurar un mayor cuidado del entorno”.

P/  -¿Pudiera ser el futuro de los hoteles Meliá en Cuba?

R/ - “Tener instalaciones cada vez más eficientes en el uso de la energía y  del agua es nuestro principal reto, asimismo reducir el tema del plástico de un solo uso. Entonces, sin lugar a dudas este es el referente para el resto de nuestros hoteles en el país”.

Meliá Trinidad Península persiste en fortalecer el destino como ejemplo en la gestión turística, Juan y su equipo apuestan en ese pedazo de Cuba.