Aunque parece imperceptible para los humanos, la tierra se mueve constantemente tanto horizontal como verticalmente y esto se registra en redes de monitoreo con equipos lo suficientemente sensibles como para captar desplazamientos en el orden de milímetros.
En Cuba, estas redes en han ido incrementándose y brindando información cada vez más confiable.
Lo anterior se constató en el Consejo Nacional de Geología celebrado el pasado 28 de noviembre en el Ministerio de Energía y Minas (Minem), presidido por el viceministro primero, Argelio Abad Vigoa.
El tema central de la reunión fue la proyección de los trabajos de estas redes de monitoreo, que son financiadas por el presupuesto de Estado y cuyos trabajos ejecutan entidades del grupo empresarial Geocuba.
Los desplazamientos de la corteza terrestre se monitorean mediante la red geodésica nacional (RGN) y cuatro polígonos geodinámicos en áreas específicas donde los movimientos son más notables.
La RGN tiene 12 estaciones permanentes llamadas GNSS (sistema mundial de navegación por satélite), que cada 30 segundos registran un valor de posición tanto en el plano horizontal (XY) como en el vertical (Z).
Estos valores se transmiten automáticamente a un servidor central y periódicamente se procesan para dar los desplazamientos submilimétricos que tiene ese punto.
La corteza terrestre, debido a los movimientos de las placas tectónicas, se va desplazando lentamente, acumulando tendencias en el orden de los milímetros anuales. Cuando hay eventos significativos como sismos de moderada y gran magnitud, ocurren desplazamientos más grandes.
Con la medición de estos desplazamientos es posible caracterizar mejor los movimientos tectónicos que tienen las fallas geológicas, que están provocando los sismos, y así mejorar los estudios de amenaza, vulnerabilidad y riesgo sísmico en el territorio nacional.
Estos desplazamientos sostenidos en el tiempo, aunque son milimétricos, también afectan redes técnicas y grandes infraestructuras en el país, como las redes viales, ferroviarias e hidráulicas e instalaciones industriales.
Además de los datos de las estaciones permanentes GNSS, se miden anualmente tres polígonos geodinámicos ubicados en zonas de alta amenaza sísmica: Santiago de Cuba, Moa, Artemisa y Oriente.
Estos polígonos son una red de puntos más densa donde se registran datos en ciclos anuales y se comparan con años anteriores.
El más avanzado es el polígono de Moa, que ya acumula seis campañas de mediciones en 19 estaciones desde el 2017.
El polígono de Santiago de Cuba abarca hasta Guantánamo y ha medido tres campañas en 28 estaciones desde 2018.
El polígono localizado en Artemisa se refiere a la porción este de la Falla Pinar, una falla geológica grande que divide la llanura sur de Pinar del Río de la cordillera de Guaniguanico.
Este polígono comenzará a medir 12 estaciones a partir del 2025.
El Centro de Investigaciones Sismológicas (Cenais) tiene 16 estaciones distribuidas en toda Cuba oriental, el cual ha medido en seis campañas entre 2018 y el 2024.
De cada polígono se hace un reporte periódico y se presenta a las autoridades de los respectivos territorios para adoptar acciones encaminadas a la reducción de riesgo de desastres.
Adicionalmente a la red geodésica, existe una red mareográfica nacional, donde se registra en el tiempo el nivel de las aguas del mar.
Esta red, también administrada por Geocuba, fue presentada en el Consejo Nacional de Geología por la máster en Ciencias Yudit Rios Ortega.
La red cuenta con 23 estaciones, de las cuales 18 están activas y 14 transmiten datos en tiempo real.
En el consejo se valoró como algo positivo que ya esta red está enlazada con la red geodésica, lo cual permite calcular con mayor precisión los cambios del nivel del mar y la posible influencia que pueda tener en las mediciones los movimientos verticales de la corteza terrestre en la propia estación.
Se conoce que el mar está ascendiendo debido al cambio climático, pero la magnitud del ascenso medido en un punto también esta afectada por el movimiento vertical de la Tierra.
Ambas redes nacionales, la geodésica y la mareográfica, aunque existe mucho espacio para mejoras, han avanzado en la captación de datos digitales, su transmisión y procesamiento.
En el Consejo Nacional de Geología se analizó el cierre del año 2023 del Balance Nacional de Recursos y Reservas, presentado por Maddyel Reyes de Armas, director general de la Oficina Nacional de Recursos Minerales (ONRM).
Con un incremento de cuatro depósitos minerales respecto al año anterior, en el país se registran 1 027 depósitos minerales, de los que 357 están concesionados para su explotación y procesamiento, por lo que el 65.2% de los depósitos minerales en el país están disponibles para su uso minero-industrial.
Sobre todo, 479 depósitos de 53 materias primas que tienen recursos minerales evaluados en categorías explotables (medidos+indicados).
Esto es un signo de la importancia que ha prestado el Estado cubano a incrementar el conocimiento geológico del país en las últimas décadas.
Hay 216 depósitos de minerales metálicos, con predominio de los depósitos de lateritas y serpentinas, de donde se extrae el níquel y el cobalto.
También hay depósitos de oro, plata, cobre, manganeso, magnetita y cromita, entre otros.
Para los minerales no metálicos se conocen 811 depósitos de 43 tipos de materias primas, siendo abundantes las arcillas, arenas, áridos y piedra para la construcción, calizas en varias calidades, rocas ornamentales como mármoles, tobas y zeolitas.
Como aspecto a seguir, se señaló la importancia de hacer llegar esta información a los grupos empresariales y territorios para la valoración del posible uso de estas materias primas minerales.
El Cuba, como en la mayoría de los países, la investigación geológica, por su carácter estratégico, se ejecuta con el presupuesto de Estado.
Para este fin, el país recauda mensualmente una tasa de resarcimiento por investigación geológica que pagan las empresas mineras, en compensación por los gastos en que incurrió el Estado en estudiar las materias primas que ahora extraen.
Este punto fue analizado en el Consejo Nacional de Geología, presentado por el Ministerio de Finanzas y Precios.
Fue informado que al cierre del mes de octubre se había recaudado un poco más de 150 millones de pesos aportados por 22 sujetos en ocho provincias.
Esto es consistente con lo previsto, sobre todo considerando que el plan de la geología en el 2024 es de 115.7 millones de pesos.