El 1ro de marzo entraron en vigor en Cuba medidas que establecen nuevos precios minoristas para los combustibles y, a primera vista, uno de sus efectos más palpables es la disminución de las colas en los servicentros, con respecto a las largas filas que se acumulaban en los últimos días de febrero.
Un equipo de Cubadebate salió -cámara en mano- a un recorrido por servicentros de la capital, para indagar cómo han sido implementadas y recibidas las transformaciones.
“Esto está fuerte para los particulares, porque 40 litros de combustible pueden costar alrededor de 6 000 CUP, cifra que supera con creces el salario básico de los cubanos. Pero a favor te puedo decir que han disminuido las colas y los coleros”, señalaba un cliente que esperaba su turno en el servicentro de 5ta y 112, Playa. Junto a él, esperaban para obtener combustible alrededor de siete personas más, número irrisorio comparado con los de los últimos días.
Otro cliente, identificado como José Alberto, coincidía en que toda subida de precios afecta al consumidor, y advertía que, aunque las colas han disminuido, continúan los problemas con la conexión. En su caso, se ha quedado sin comprar en algunas ocasiones por esta causa.
Desde el servicentro Riviera, del Vedado, Pablo señalaba: “Veo bien las medidas, mientras haya combustible, no hay problemas”.
Del otro lado del mostrador
“Varios clientes manifiestan incomodidad por los cambios”, asegura Félix Abraham Delgado Hernández, jefe de turno del servicentro El Arbolito, en Playa. Este, uno de los cupets más frecuentados de la zona, cobra en USD desde el 1ro de marzo.
Ahora han disminuido los clientes. “Estamos entre 60 y 70 clientes por día. También hay más establecimientos de este tipo, y los consumidores cuentan con más opciones”.
De acuerdo con el jefe de turno, entre las tarjetas más empleadas en su local están Clásica, Visa y Mastercard. La primera cuenta con una serie de descuentos en tiendas de Cimex, TRD y Trimagen; así como en las instalaciones hoteleras de Gaviotas. Pero no dispone de descuentos para la adquisición de combustible.
Delgado Hernández comenta que a algunos clientes extranjeros no se les ha dado la información necesaria en las rentas, por lo cual llegan con dudas a los servicentros. En su local, el personal está preparado para responder las interrogantes, pues desde el año pasado reciben capacitaciones, afirma.
En servicentros en USD como El Arbolito existen dos POS; y los problemas de conexión que se han registrado han sido para realizar devoluciones.
Desde el servicentro Riviera, el jefe de turno Antonio Garris constata la disminución de las colas, en uno de los cupets más céntricos y frecuentados. “Como subieron los precios, la mayoría de las personas viene a rellenar, no a adquirir los 40 litros permitidos en una compra”, señala; y comenta que actualmente existe bastante disponibilidad de gasolina especial y regular.
También menciona que los métodos de pago más empleados en su establecimiento son la tarjeta chip recargable y la de banda. Esta última ha presentado problemas de conexión, sobre todo en horarios nocturnos.
Samantha Machado González es jefa de turno del servicentro de 5ta y 112, en Playa. Explica que, aunque el 1ro de marzo hubo gran cola en el establecimiento, la afluencia ha disminuido con el paso de los días. No obstante, persisten las inquietudes entre los clientes con respecto al precio.
En su establecimiento existen cuatro terminales de punto de venta (POS): dos para la gasolina regulada y la especial y dos para la gasolina de motor. Entre las dificultades más frecuentes, explica que algunas no permiten hacer las devoluciones y los pendientes. “En caso de que no se pueda efectuar devolución, se le hace una carta al cliente para que se dirija a Fincimex a reclamar la gasolina que no echó, porque por aquí no podemos hacerlo”, comenta.
Menciona además que, en determinados horarios del día, la conexión por banda ha estado lenta o no ha habido disponibilidad. En este caso, muchos consumidores piden prestadas tarjetas chip recargables a otros clientes. Estas son más efectivas porque ofrecen todos los servicios y permiten adquirir combustible, aunque no haya conexión.
Sobre estos aspectos, Alfredo Martínez González, gerente adjunto de Fincimex, explica que con la tarjeta de banda no se puede rellenar el tanque; “pero eso viene desde antes de que comenzara el servicio de uso de las tarjetas bancarias”.
“Cuando hablamos de tarjetas de banda es porque hay dos tipos de conexión en el servicentro. Está la conexión offline, que trabaja internamente con el POS, donde se pueden emplear tarjetas chips, como las tarjetas privadas de Fincimex que estamos entregando ahora; y también hay otra posibilidad de pago, que son las propias tarjetas de banco del cliente, tanto nacionales como internacionales”, señala.
Martínez González afirma que, en el caso de las tarjetas bancarias, para poder solicitar el débito de una cuenta para una operación, el pedido sale del servicentro y debe viajar hasta el banco emisor, por lo cual requiere conexión. Las tarjetas chip recargables, por su parte, trabajan offline, así que deben funcionar aunque existan problemas de conexión. Estos últimos suelen ocurrir por saturación en la red de operaciones, tanto de los bancos emisores, como de Cimex.
El directivo explica que, en el caso de las tarjetas de banda, no se acepta que hagan relleno, porque normalmente se pide primero el relleno y luego se hace el pago. “Como es una tarjeta que debe viajar al banco emisor y hasta se puede dar el caso de que se pida relleno y no existan fondos en la tarjeta, se toma la decisión de no hacer el relleno; y solo efectuar la petición de la cantidad de litros que va a consumir el cliente. En ese caso se hace el pago de la cantidad de litros, se valida el pago y el cliente puede obtener su combustible”, comenta.
¿Cómo se articularon las transformaciones?
Lázaro Ayala Ramos, director de Servicentros de Cimex, señala que, antes de la entrada en vigor de las medidas, se realizó un cronograma de trabajo para capacitar al personal con relación a los medios de pago, los cuales se han ido implementando paulatinamente. De ese modo, fueron preparados administradores, jefes de turno y cajeros dependientes, tanto para usar los medios de pago, como para explicar a los clientes ante cualquier duda.
También se implementó una campaña comunicacional con información de interés y se actualizaron las tablillas de precios.
Paralelamente, se llevó la conectividad online a todos los servicentros, para que los clientes adquieran combustible por cualquier medio de pago. Se actualizaron los aplicativos en los POS de cada servicentro y se lanzó un nuevo producto financiero: la tarjeta Clásica, con características técnicas y comerciales diseñadas para la venta en USD, pero que pueden ser utilizadas en todos los comercios estatales y privados, independientemente de la moneda en que operen.
“Las direcciones de las provincias apoyaron y las entidades aseguradoras trabajaron para que no existieran averías”, dice el directivo.
De 613 servicentros del país, 30 aceptan pagos en USD. En la red de servicentros que opera en divisa se establecieron como medios de pago las tarjetas MIR, Visa, Mastercard, las tarjetas de prepago emitidas por Bandec, la tarjeta AIS, la tarjeta Viajero y la Clásica, que puede ser adquirida en la red nacional de Cadecas.
De acuerdo con Ayala Ramos, en el 75% de los servicentros de Cuba existen grupos electrógenos para garantizar el funcionamiento del servicio, en caso de que no haya electricidad. El resto de los establecimientos no puede ofrecer servicio sin fluido eléctrico.
El directivo refiere que el producto de más disponibilidad actualmente es la gasolina, mientras que el diésel se encuentra regulado y, en el caso de La Habana, se puede adquirir solo en cuatro establecimientos. La regulación del combustible se encamina, entre otras cuestiones, a preservar entidades básicas como la salud pública.
Razones tras las medidas
En conferencia de prensa ofrecida la semana pasada, Vladimir Regueiro Ale, ministro de Finanzas y Precios, aseguró que estas nuevas medidas tienen el propósito de rectificar distorsiones en la economía.
Explicó que para Cuba resulta muy compleja la adquisición del combustible y los precios anteriores no reconocían los costos reales en los que incurría el país.
Por otra parte, en los últimos meses se apreciaba un incremento en el consumo de la gasolina, lo cual, aparejado a la devaluación de la moneda, la hacían muy barata.
Regueiro Ale ilustró que de las 21,700 toneladas de gasolina que se consumían en promedio en un mes en 2023; 15,200 toneladas eran consumidas por el sector privado. Esto equivale al 71.5% del consumo de gasolina en el sector privado.
Mientras, la importación de diésel disminuye, lo cual repercute en la economía, pues este combustible se emplea fundamentalmente en la zafra azucarera, la agricultura y la generación de electricidad.
Los directivos aclaran que el aumento de los precios está encaminado al ahorro, principalmente; y la pequeña cadena de servicentros en dólares es un mecanismo de reaprovisionamiento.
De momento, persisten inquietudes en la población ante una medida que encierra un impacto inflacionario en sí misma. Pero la realidad más notoria, a una semana de la entrada en vigor de las nuevas disposiciones, es la disminución de las colas y la regulación de un combustible vital para todos.